Por Eldys Baratute.

Una familia recibe la buena noticia de la próxima llegada de un nuevo miembro: “mamá está embarazada”, pero en los primeros momentos algo empaña el regocijo. ¿Qué sucede? ¿Por qué deben discutir los padres qué hacer “ahora”? En El cajoncito 21, Laura Furest Lucas se acerca a los posibles conflictos que genera el nacimiento de una niña con características especiales, en este caso, con síndrome de Down.

Es un tema ya tratado, pensarán algunos de quienes han empezado a leer etas líneas. Y es cierto. Sin embargo, no creo que lo haya sido tanto cuando se escribe para los niños de las primeras edades. Y este es el caso.
Laura Furest asume la voz de otra niña, la hermana mayor, y desde ese punto de vista va contando la aparición y posterior evolución del “conflicto”, que no llega a serlo en realidad porque Julia, una vez en casa, solo despierta en los suyos amor, ternura, alegría. El símil establecido para hacerle entender a sus hermanos qué es un cromosoma, y lo que en este sentido diferencia de ellos a la bebé, resulta suficiente para asumirla sin cortapisas, tal como es, “todos comenzamos a disfrutar de esas cosas que solo se vivían cuando estábamos los cinco. Juli era el centro del amor, de las sonrisas y de la ternura”.

No desdicen de la narración las ilustraciones de Lourdes Medina, complemento ideal, sin estridencia en los matices, pero alegres, dúctiles, en movimiento, con guiños a la historia para acoger el lenguaje sencillo, directo con que se cuentan los sucesos, se exponen los sentimientos y estados de ánimo.



Realismo y delicadeza se dan la mano, en fin, en el retrato de familia que enmarca este libro, que entretiene y educa sin didactismos expresos, que hace pensar y emociona, pauta de comportamiento para nuestros hijos, que los hará más libres en la medida en que asimilen que ser distintos no es ser menos ni más, sino solo eso, distintos, porque en definitiva todos lo somos y es esa singularidad lo que nos hace valiosos.
El cajoncito 21 no es solo un cuento para leer a tu hijo antes de dormir, es una lección de vida, un abrazo, un cantarillo de bondad —como su protagonista—, una sugerente canción de amor.

