Resonancias: el pulso compartido del arte latinoamericano en Montevideo

La Embajada de México en Montevideo abrió sus puertas a una muestra que logra tender un puente sensible entre distintos rincones de América Latina. Bajo el nombre Resonancias, la exposición propone un recorrido diverso por lenguajes, símbolos y emociones que atraviesan la región de norte a sur.

El Espacio Cultural “Embajador Vicente Muñiz Arroyo” se transformó en un escenario donde conviven obras que, aunque nacieron en geografías diferentes, comparten un mismo pulso inquieto y vital. La propuesta, organizada por Cultus Uy y curada por Roxana Pallotta, reúne artistas de seis países que aportan miradas y registros muy distintos.

Participan Ramón Cuadra Cantera, Pedro Peralta Duarte, Eduardo Mazzeo, Elaiza Pozzi, Santiago García y Andrés Añasco, de Uruguay; Salvador Munca, de México; Félix Toranzos, de Paraguay; Sophie González Benoit, de Venezuela; Darel Martínez, de Cuba, y Santiago Torriglia, de Argentina. Algunas obras abrazan la abstracción, otras retoman símbolos reconocibles; todas invitan a detenerse y observar sin apuro.

La inauguración reunió a un centenar de personas, entre diplomáticos, artistas y referentes culturales. Mientras el público recorría la sala, se compartían impresiones en voz baja, con la certeza de estar frente a un conjunto que trasciende lo puramente estético.

Durante la apertura, Andrés Ruiz Pérez, jefe de Cancillería de la Embajada de México, recordó que “desde el norte de México hasta la Patagonia argentina… nos une una historia común… el arte como vehículo para la integración, la empatía y el pensamiento crítico”. Por su parte, Emanuel Dos Santos, presidente de Cultus Uy, destacó que “creemos en el arte como una herramienta viva para pensar lo que somos y proyectar lo que queremos ser”.

Resonancias puede visitarse hasta el 15 de julio, con entrada libre. Quienes se acerquen a 25 de Mayo 455, en Ciudad Vieja, descubrirán un mapa hecho de imágenes y preguntas, un territorio donde la memoria y la imaginación conviven y se potencian. Al salir, algo de ese eco compartido parece quedarse flotando, como un recordatorio de que el arte, cuando se entrega con honestidad, siempre logra resonar en quienes se toman el tiempo de mirarlo.

Imágenes y texto Mario Cattivelli @illev_uy