Por Pablo Trochón.
En el corazón de Argentina, ciudad de las mujeres más lindas, del Fernet, de la birra, madrugadas sin par y podríamos agregar de una de las poblaciones más alegres del mundo y de una multitud de estudiantes de todo el país que eligen vivir allí por el prestigio de una de las universidades más antiguas de Sudamérica. Hervidero social con su Reforma universitaria (1918) y el Cordobazo (1969), que fue el sismógrafo de lo que luego se decantaría en una de las peores dictaduras de la región.
Manzana Jesuítica En el corazón del microcentro de encuentra este emplazamiento que data de finales del siglo XVI, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el 2000. Comprende en un radio menor a diez cuadras un gran acervo arquitectónico, del que se destaca la Capilla Doméstica, el Colegio Nacional de Monserrat, la Iglesia de la Compañía de Jesús, la antigua sede de la Universidad Nacional de Córdoba y la Residencia de los sacerdotes. Estas edificaciones, la Catedral, al Cabildo y la Cripta jesuítica, son las referencias arquitectónicas de la ciudad, junto con decenas de iglesias. Se recomienda también hacer el Camino de las Estancias Jesuíticas, y de paso recorrer las imperdibles sierras.
Empanadas y locro La rica gastronomía argentina, resultado de la vigencia de varias comunidades indígenas, confluye en la Docta por esta cualidad de ciudad universitaria. A raíz de ello, posee una abundante gama de platos como pueden ser la humita y los tamales. Entre las diversas opciones, recomendamos el locro (contundente guiso a base de porotos, maíz, chorizo colorado, chorizo criollo, pecho de cerdo, falda, panceta, cebolla, puerro, calabaza, morrón, que se prepara a fuego lento y se sirve especialmente en las fiestas patrias) y la empanada cordobesa (rellena de carne, aceitunas y pasas de uva). Existen peñas folclóricas, don- de se puede disfrutar de estas delicias al son de algún buen vino tinto y música autóctona.
Recorrer sus peatonales Es imposible no dejarse llevar por las arterias peatonalizadas que prácticamente monopolizan el microcentro y el casco histórico, lo cual es muy conveniente para facilitar el paseo por entre las más de 50 galerías céntricas, los monumentos y las di- versas tiendas. Hacen a la postal las pérgolas tupidas de Santa Rita, los jacarandás, las artesanías, los espectáculos callejeros y los miles de cordobeses que la recorren a diario. Algo singular es la técnica de rebatido del empedrado en mármol blanco que emula las siluetas de las figuras del Cabildo, la Catedral y la Legislatura, entre otras.
Cordobeses Aunque parezca de Perogrullo, es vital dedicarle un tiempo a conocer a su gente. Reconocidos dentro y fuera del país, poseen una sencillez y curiosidad provincianas pero al mismo tiempo un espíritu festivo inigualable, una picardía para el chiste fácil y rápido y una alegría connatural que los hace personas entrañables para compartir una charla, una salida o una comida.
La Cañada Ícono arquitectónico que atraviesa la ciudad, consiste en el encauzamiento majestuoso en piedra de tres kilómetros de un arroyo, con 26 puentes en arcada que dan paso a las calles que lo cruzan. Este paseo típico se adorna con una gran cantidad de frondosas tipas y es escenario de múltiples poemas, canciones y leyendas urbanas.
Sierras El mayor atractivo provincial es la cadena montañosa que rodea a la capital, la cual ofrece cientos de senderos de trekking de todas las dificultades, bellísimos valles y lagos enormes donde refrescarse y practicar deportes acuáticos. Se divide en las Sierras Gran- des, cuya principal altura es el Cerro Champaquí (2884 m), y las Sierras Chicas, en que se destaca el místico Cerro Uritorco (1950 m). Otros enclaves importantes son Los Gigantes, Los Terrones y Los Cóndores.
Feria de Las Pulgas Modo popular en que se conoce al Paseo de las Artes, un mercado de fin de semana de artesanías, antigüedades y delicias muy recomendable, ubicado, además en la zona trendy de Güemes, donde se con- centra la mayor cantidad de bares, boliches y tiendas de diseño de la ciudad.
Parque Sarmiento Este inmenso pulmón de 100 hectáreas, creado con una impronta bellepoquiana, alberga la fantástica ciudad universitaria, el Museo Caraffa, pistas para todo tipo de deportes, un flamante natatorio, el zoológico, el rosedal, un parque de diversiones, un anfiteatro y una rueda gigante (dicen que diseñada por Eiffel, el mismo ingeniero de la famosa torre parisina), además de esculturas y puestos de comida. Es sede del Festival del Humor y el Choripán, y linda con otros referentes de la ciudad como el Palacio Ferreyra, la Plaza España y el barrio Nueva Córdoba.
Mona Jiménez Dios del cuarteto, género musical bailable oriundo de Córdoba, brinda su misa todos los viernes en el Monumental Sargento Cabral, el templo de este fenómeno increíble que es Jiménez. La visita a la ciudad no puede eludir la experiencia mística de bailar al ritmo del tunga tunga bajo la voz de este cantante que, con sus 54 años de carrera, sus 90 discos y sus miles de conciertos, es la figura más emblemática y querida de su provincia, como pocas hay en el mundo. Allí la bendición se obtiene con vino con Coca, Fernet o vino prittyado (mezclado con una bebida gaseosa local de sabor lima limón).