Caminar por el lado salvaje
Animales es la segunda novela de Emma Jane Unsworth (Bury, 1978), que bien podría definirse como una novela de “crecimiento”. ¿El motivo de la sentencia? Porque aborda lo que implica “hacerse mayor”. El tema, por cierto ha sido utilizado hasta el hartazgo, pero Unsworth no cae en los clichés convencionales, sino que lo hace de una manera inteligente y divertida.
El personaje principal es Laura Joyce, de 32 años que trabaja de teleoperadora, vive en Manchester con su mejor amiga Tyler, una fiestera desfasada culta, inteligente, que vive de unos padres ricos y quiere que vivir la vida loca. Laura se va a casar y quiere ser escritora. Su prometido, Jim, es pianista y cree que ya ha tenido suficientes resacas en la vida y lo que le hace falta ahora es un hijo.
Laura y Tyler son inseparables; cuando una necesita algo, la otra acude rápidamente, ya sea para una noche de juerga o para ayudarse a superar la resaca de después. Se miran la una a la otra, y se entienden a la perfección. Tyler es la amiga salvaje. Representa el desenfreno, la locura, la emoción y se niega a aceptar la vida rutinaria. Los esfuerzos de Laura por aplacar a su amiga y complacer a su prometido, para averiguar lo que quiere conforman la base de la historia: un triángulo amoroso no convencional que desde el principio promete dejar a todos los involucrados con el corazón destrozado.
Por momentos, la novela es cruda, desgarradora, pero la prosa de la británica fluye sin tropiezos. Deja varias lecciones al término de su lectura. Algunas de ellas: crecer significa tropezar, caerse y volver a levantarse y… cuidado con las relaciones tóxicas.