En Espacio Verdi, la muestra Coup de Grisou de Sophie González Benoit invita a bajar un nivel. Literalmente. La exposición se despliega en el subsuelo del teatro, y ese gesto de descender también marca una dirección simbólica: ir hacia lo profundo, hacia lo que no se ve a simple vista, hacia lo que queda bajo el ruido de la superficie.










El título de la muestra, coup de grisou, que en francés refiere a una explosión repentina causada por la acumulación de gases en el interior de una mina, ya anticipa una tensión latente. Una señal de peligro. Un sacudón desde abajo que puede cambiarlo todo si no se percibe a tiempo.
Todo gira alrededor de una figura sencilla pero poderosa: el canario que acompañaba a los mineros para alertar sobre la presencia de gases tóxicos. Su vida era la medida. Si el pájaro dejaba de cantar, había que salir corriendo. Pero Sophie toma esa imagen desde otro lugar. Trae a escena una versión distinta: con el tiempo, alguien tuvo la idea de poner una pequeña cápsula de oxígeno conectada a la jaula. Así, cuando el gas aparecía, el sistema se cerraba, se activaba la protección, y el canario sobrevivía. Esa escena, aparentemente mínima, cambia toda la lógica. Ya no hace falta sacrificio. Se puede prevenir sin perder.





Con la narrativa y mirada sensible de Jacqueline Lacasa, curadora de la muestra, las obras que habitan la sala parecen deslizarse, como si flotaran. No invaden el espacio, pero tampoco pasan desapercibidas. Se mueven como humo, como una presencia que va envolviendo. Entre las formas se cruzan materiales diversos: carbón, placas madre de computadoras, fragmentos gráficos. Todo convive sin jerarquías. Lo orgánico y lo digital no se oponen: se enlazan.









Hay algo en esta propuesta que habla de cómo la sociedad avanza, se transforma, se ajusta y vuelve a cambiar. A veces con miedo, otras con resistencia. Pero siempre con la esperanza de encontrar un equilibrio. Un poco como ahora, cuando las nuevas tecnologías ya no se enfrentan con las anteriores, sino que coexisten, con sus tensiones, pero también con sus puentes, y nos plantean nuevos desafíos. La muestra toma esa idea y la pone en juego desde lo visual, lo conceptual y lo material.











No se trata solo de mirar obras. Se trata de prestar atención a las señales, de entender que, a veces, para evitar el desastre, alcanza con saber leer a tiempo. Y que en ese acto, el de escuchar antes de que sea tarde, puede estar una forma de cuidado y preservación.
Mayo y junio | Martes a sábados de 16:00 a 19;00, Domingos 16:00 a 18:00h | Sala Verdi – Soriano 914
Sophie Gonzalez Benoit | ig/ sogoben_obras
Imágenes y texto: Mario Cattivelli | @illev_uy