LA DANZA CUENTA

Por Silvana Silveira

Aire español y raíz flamenca

Bastaron unos pocos segundos para que el Víctor Ullate Ballet Comunidad de Madrid se metiera al coqueto público del Teatro Solís en el bolsillo. ¿Cómo lo hizo? Con la puesta en escena de Jaleos, una de las obras más reconocidas de Ullate, estrenada en el City Center de Nueva York en 1996, que mantiene intacta su vigencia.
La genialidad de Ullate se aprecia por el marcado acento español que supo imprimir a una pieza de ballet muy técnica, así como por el aire flamenco que se respira en toda la obra. La coreografía se articula con frases cortas pero elocuentes, en perfecta síntesis de la técnica clásica con elementos expresivos más propios del baile español. Es esa equilibrada dosis de acentos hispánicos lo que imprime un sello particular a Jaleos y a toda la compañía.
No menos impresionante resulta la composición musical creada por el compositor español Luis Delgado especialmente para la obra en tiempo de bulería (uno de los palos del flamenco), con instrumentos de percusión e irrupciones de conteos, palmas, castañuelas y panderetas, entre otros recursos flamencos.
La música se lleva de mil maravillas con esta coreografía que, para el caso de las bailarinas, podría definirse como una suerte de flamenco en puntas de acero repleto de detalles tan sutiles como elegantes: delicados movimientos de manos, esculturales posturas de los brazos, energéticos movimientos y la fuerza de las miradas.
El resto va por cuenta de un elenco de dieciocho bailarines (nueve mujeres y nueve hombres) en excelentes condiciones, quienes hicieron gala de una técnica asombrosamente pulida y de una exquisita musicalidad al realizar sus ejecuciones y acompañar cada nota, cada acorde, cada golpe de percusión.
Cabe agregar que la fusión de ballet con otras danzas, el flamenco en este caso –o el tango–, no siempre da buenos resultados. En ocasiones, acaban por perderse ambas esencias para dar lugar a obras descoloridas y sin carácter. Todo está en la mano del coreógrafo, y Ullate la tiene. Tal como explicó a Dossier el director artístico de la compañía, Eduardo Lao, la personalidad de la troupe “está dada por el aire español, la raíz flamenca de algunas obras, así como por la musicalidad, la unión del conjunto y la homogeneidad del movimiento de los bailarines. También por la posición del cuerpo y la cadera que tiene el flamenco, los acentos musicales, el trabajo de la fuerza y la mirada, la forma de hacer los pasos que tiene que ser contrastada y enérgica. Cuando no hay una narrativa, de pronto hay una determinada energía y un aire español que hay que saber dar”.
Jaleos, una pieza memorable, recibió un fuerte aplauso que dio una calurosa bienvenida a esta compañía de magníficos artistas que visitó por primera vez Uruguay.
Muy diferente fue el tono de Y, coreografía de Lao, inspirada en Canciones de un compañero errante, de Gustav Mahler. En este caso la música resulta algo grandilocuente en relación con la coreografía, un dueto que se propone explorar la fuerza que el destino ejerce en el ser humano. Algo similar sucede con Après toi (Después de ti), un solo con coreografía de Ullate en homenaje a Maurice Béjart con música de Beethoven que, a pesar de haber sido magistralmente interpretada, no logra evocar claramente al maestro, sino que parece poner el foco en el dolor provocado por su partida. “Hay dolor por su partida y mucho amor. La pieza está repleta de recuerdos de momentos que Víctor vivió con Maurice. Hay satisfacción, tristeza, admiración y dolor por su partida y por la propia vida”, comentó Lao.
Para finalizar, Ullate sorprendió una vez más con una notable versión de Bolero, inspirada en la partitura de Maurice Ravel, en donde nuevamente sale a escena toda la compañía, pero en lugar de centrarse en un solo rol protagónico, como en el caso de la versión de Béjart para el Ballet del Siglo XX (una de las obras mayores del repertorio coreográfico) y otras como la de Bronislava Nijinska, en el centro de la acción hay una pareja integrada por un hombre y una mujer, que interpretan la versión del Bolero más erotizada que se haya visto, poniendo de relieve la dicotomía hombre-mujer.
Una vez más, Ullate sacó a relucir su talento creador para recrear con el baile la profunda sensualidad de la música de Ravel en una coreografía notable, con un dúo sobresaliente, situando la escena en un cabaret de Madrid de los años veinte. Porque, según contó el director artístico de la compañía, Ravel se inspiró para su partitura en la famosa danza del candil interpretada por una pareja que vio durante su visita a Madrid en aquella época. “Bolero es la sensualidad, la fuerza, lo femenino y lo masculino elevado al máximo, donde se ve la fuerza y la forma de bailar tan diferente del hombre y la mujer, en complicidad y sensualidad”, agregó Lao.
Hay que agradecer al Centro Cultural de Música la llegada a Uruguay de estos artistas. “Nos gusta que la gente no sea plana, que tenga una fuerza, una personalidad marcada, que los bailarines transiten algo, que puedan proyectar energía, mirada y alma, y que no sólo ejecuten pasos. La danza se ha convertido en algo muy físico, en donde uno salta más o gira más, pero eso no es lo más importante. Encontrar un artista es más difícil”, concluyó Lao.

Víctor Ullate Ballet Comunidad de Madrid
Obras: Jaleos, Y, Après Toi, Bolero.
Dirección: Víctor Ullate.
Lugar: Teatro Solís.
Organizó: Centro Cultural de Música.