Por Carlos Dopico.
A casi dos décadas del renacimiento de la banda con aquel Raro de 2006, El Cuarteto de Nos publicó Puertas, el sucesor de Lámina Once (2022), con el que completa ya la lista de ocho desde su nueva apuesta sonora (decimocuarto de estudio en total). Hay que tener en cuenta que la primera etapa de vida de la banda, desde su debut con el disco a medias junto a Mandrake Wolf (1984) y el recopilatorio homónimo (2004) producido por J. Campodónico, El Cuarteto hizo un recorrido cronológico similar. Esta es la primera publicación tras la salida del histórico bajista, Santiago Tavella, quien abandonó el proyecto en marzo de 2024.
Una vez más Roberto Musso, vocalista, compositor y único miembro fundacional, (Alvaro “Alvin” Pintos ingresó en la batería tras la publicación del primer disco), indaga el universo conceptual. Esta vez, se sumerge en un viaje surrealista, un corredor imaginario infinito de múltiples opciones y trampas. En ese laberinto, cada acceso plantea un desafío y cada canción una posibilidad. El Cuarteto despliega toda una galería de situaciones y personajes: Nico, Alcíbíades, o El astrónomo que no podía ver el cielo. "A veces el viajero encuentra refugios, otras, se enfrenta a espejismos, jaulas vacías o arenas movedizas donde el poder impone sus verdades a gritos", advierte Musso. Puertas va del rock al rap, pasando por la balada, el rasgueo punk, el tango o el funk. Y sí, quizá suena algo reiterativo o abrumador por tanto texto cantado pero ¿por qué cambiar una fórmula que funciona? La adhesión de las nuevas generaciones en Latinoamérica es indiscutible, así como el alcance de su mensaje consciente y de crítica social. “Puertas no ofrece respuestas”, dice Musso. "Quizás la salvación no sea un lugar, sino el coraje de cruzar con los ojos abiertos".
“Puertas que crucé con determinación, puertas que golpeé y que nadie abrió. / Y sigo atravesando puertas buscando saber quién soy. (…) Las que se abrieron solas las aproveché, y en las giratorias giré, giré y giré”, canta Roberto en el tema homónimo que abre las ocho canciones del disco. “El cuarto de Nico” es un tango pop en que advierten: “Escuchenlo aunque no este gritando, escúchenlo, aunque no esté llamando… / Porque hay respuestas que traen los sueños y otras son tan evidentes que se ven sin preguntar”.
En “Esplin” aborda el extraño estado anímico definido por Baudelaire. “Eduardo Darnauchans tenía una canción que desde jovencito siempre me llamó la atención, decía una palabra que yo no entendía”, confesó a La Viola. “Y un día me lo encontré en un boliche y le pregunté. Me respondió que era una palabra que inventó Baudelaire, que está en el poema ‘El spleen de París’, dentro del libro Las flores del mal. Digamos, que habla de la melancolía, esa situación que nos llega los días lluviosos o un domingo de tarde y que no sabés cómo hacer para sacarla”.
El álbum fue grabado entre Montevideo, José Ignacio, Nueva York y Puerto Rico, una vez más bajo la producción de Héctor Castillo y Eduardo Cabra.
El pasado 23 de mayo, El Cuarteto fue parte de el Cosquín Rock en Montevideo donde presentó en vivo por primera vez “Cara de nada”, un guiño a aquella tapa de Raro, semblante impertérrito resultante del collage sobre el rostro de los integrantes de entonces. “Mi cara no será nunca el espejo de mi alma”, reza Roberto en la letra del tema. La presentación oficial en Montevideo será el 6 de diciembre en el Antel Arena.
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