Gala 50 años de la Escuela de Formación Artística del SODRE

Una celebración con cuerpo, memoria y proyección

Con sala llena y una energía palpable en el ambiente, la Escuela Nacional de Formación Artística del SODRE (ENFAS) celebró medio siglo de vida con una gala tan emotiva como contundente en el Auditorio Nacional Adela Reta. Fue mucho más que un espectáculo: fue un encuentro entre generaciones, una muestra viva del presente y un brindis simbólico por todo lo que vendrá.

Este 2025 es un año bisagra para las ENFAS. A los 50 años de su fundación se suma un hito largamente esperado: la inauguración de su nueva sede, que marca un antes y un después en la historia de la institución (https://revistadossier.com.uy/todo/danza/las-enfas-inauguran-su-nueva-sede-de-espacio-olvidado-a-cuna-de-talentos/). Ese espíritu de crecimiento atravesó toda la gala, que se sintió como una afirmación colectiva de lo que la escuela representa para cientos de artistas que han pasado, y siguen pasando, por sus aulas y escenarios.

Hoy la escuela ofrece cinco formaciones artísticas: Ballet, Folclore, Danza Contemporánea, Tango y Canto Lírico, así como una carrera de Formación Docente en Arte con mención en Danza y Música. Además, tres elencos juveniles, el Ballet Clásico Juvenil, el Ballet Folclórico Juvenil y el Elenco Contemporáneo Juvenil, permiten a los estudiantes dar sus primeros pasos en el mundo profesional y acercar propuestas artísticas de calidad a públicos de todo el país.

La gala fue un reflejo de esa diversidad. Desde una pieza de tango que interpela el uso de las redes sociales hasta una coreografía inspirada en los cuatro elementos de la naturaleza; desde la potencia rítmica del folclore hasta una escena coral de Rossini cargada de humor y lirismo. Y, entre todo eso, la emoción y sensibilidad que Danza Contemporánea supo transmitir, explorando con fuerza y delicadeza los vacíos y plenitudes que atraviesan la vida. Cada intervención tuvo su tono, su lenguaje, su intensidad. Pero todas compartieron algo en común: la entrega de estudiantes y docentes que entienden el arte como una forma de vida.

Fundada en 1975, en tiempos de incertidumbre, la escuela surgió como una apuesta al futuro. Fue gracias al impulso de figuras como Margareth Graham y Flor de María Rodríguez de Ayestarán que se empezó a gestar lo que hoy es una institución de referencia. Muchos de quienes se formaron allí regresan hoy como docentes, y esa continuidad emocional se notó en cada rincón del auditorio.

Cincuenta años después, las ENFAS no solo resisten: evolucionan. Con carreras reconocidas a nivel terciario, una estructura sólida y un fuerte sentido de pertenencia, la escuela se posiciona como un espacio vital para el desarrollo artístico del país. La gala fue testigo de eso. Y también, por qué no, una forma hermosa de decir gracias.

Texto e imágenes: Mario Cattivelli | illev_uy